LA IMPORTANCIA DE LA SONRISA
La higiene diaria mediante el cepillado dental, las revisiones e higienes bucodentales semestrales en el dentista y algunos tratamientos de estética dental (como el blanqueamiento) se han convertido, en grandes protagonistas en nuestras rutinas de cuidados para mantener una imagen joven a lo largo de los años en lo que a la salud y estética dental se refiere.
Y es que nuestra sonrisa tiene una gran importancia en la imagen personal, en las sensaciones que proyectamos y en la seguridad y autoestima de las personas.
LA SONRISA PERFECTA ES ATRACTIVA
La estética dental está muy presente en las consultas de los odontólogos en la actualidad. Tratamientos como ortodoncia invisible, blanqueamientos o carillas dentales son cada vez más demandados por los pacientes, persiguiendo ese objetivo de sonrisa 10.
Una sonrisa bonita impacta directamente en el atractivo de una persona.
UNA SONRISA CUIDADA ES SALUD
La mejor representación de que disfrutamos de una buena salud bucodental es una sonrisa alineada, blanca y sin síntomas de deterioro, manchas o desgastes.
Para mantener la sonrisa en estado óptimo, además de los cuidados en casa, las revisiones periódicas con nuestro odontólogo y algunas pruebas diagnósticas que descarten cualquier patología oculta van a resultar imprescindibles. En este sentido, te recomendamos que acudas a nuestros profesionales, para que puedan ayudarte a cumplir con este compromiso de cuidado continuo y con esas pruebas necesarias.
LA SONRISA TRANSMITE Y SIMBOLIZA BIENESTAR EMOCIONAL
Hay pocos gestos que transmitan la emoción positiva de una persona de forma tan evidente como una sonrisa. Si nos sentimos cómodos con el aspecto de nuestros dientes, nos sentimos más seguros y nuestras relaciones sociales fluyen con mayor naturalidad.
Por eso una sonrisa es tan importante, por que sonreír con tranquilidad impacta en nuestro bienestar emocional y en nuestra autoestima.
Además te recomendamos seguir unos sencillos consejos para lucir esa sonrisa, aunque pasen los años:
– Cepíllate los dientes al menos dos veces al día: presta especial atención a las encías, los dientes posteriores (de difícil acceso) y las zonas que rodean las coronas de los dientes y los empastes. No olvides cepillar la lengua de atrás hacia adelante para mover las bacterias productoras de mal olor. Además, intenta cambiar tu cepillo de dientes cada 2 meses.
– Usa seda dental: su utilización permite eliminar la placa bacteriana que se acumula entre los dientes y por debajo de las encías.
– Cuida tu alimentación: la dieta que sigas influye directamente en tu boca. Lo ideal es llevar una alimentación variada y equilibrada, rica en frutas y verduras, no picar entre horas y moderar el consumo de dulces y azúcares.
– Deja de fumar: el tabaco: aumenta el riesgo de padecer cáncer de pulmón y otras patologías, pero además provoca y agrava problemas de encías y caries.
– Evita el estrés: cada año aumenta el número de pacientes afectados por bruxismo (rechinar o apretar los dientes involuntariamente), lo que no solo desgasta los dientes, también puede producir problemas articulares y dolores de cabeza. Si detectas alguno de estos síntomas, coméntalo en tu próxima visita con tu dentista.